lunes, 29 de febrero de 2016

Seminario de doctorado (UBA), Prof. Leandro Morgenfeld: "Historia de las relaciones económicas, políticas, sociales y culturales entre Argentina y Estados Unidos (1880-2015)". Inicio: 5 de septiembre de 2016. Informes e Inscripción, acá.






UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS
SECRETARÍA DE POSGRADO




PROFESOR: Dr. Leandro Morgenfeld

AÑO: 2016

CUATRIMESTRE:

DIA Y HORARIO DE CURSADA: Lunes 17 a 21hs.

INICIO: Lunes 5 de septiembre

DURACIÓN: 36 horas



 - INFORMES E INSCRIPCIÓN: ACÁ -

Posgrado FFyL-UBA: Puán 430. TE: 4433-5925 
 

PROGRAMA



1-FUNDAMENTOS Y OBJETIVOS

El objetivo del seminario será estudiar en profundidad las distintas etapas históricas de la relación entre Argentina y Estados Unidos, enfocando en los aspectos económicos, políticos, sociales y culturales del vínculo. Desde fines del siglo XIX, cuando el gobierno estadounidense pretendió consolidar su hegemonía en el Hemisferio Occidental a través de una organización panamericana, los representantes argentinos intentaron obstaculizar una organización que potencialmente podía poner en riesgo los lazos económicos y políticos con Europa. A lo largo del siglo XX, la Casa Blanca y la Rosada protagonizaron diversos enfrentamientos, en una relación que fue históricamente tensa. En este seminario se abordarán, entre otros, los siguientes interrogantes: ¿Puede juzgarse una política confrontativa con Estados Unidos como automáticamente autonomista? ¿Por qué, a lo largo de la historia, Argentina enfrentó en diversas oportunidades las iniciativas de Estados Unidos en la región? ¿Qué posiciones defendió Argentina frente al proyecto estadounidense de conformar una organización interamericana? ¿Qué relaciones estableció con los demás países latinoamericanos para desplegar su política hacia la Casa Blanca? ¿Qué sectores internos, en Argentina y Estados Unidos, alentaban la profundización del vínculo bilateral y cuáles lo obstaculizaban? ¿Qué distintas etapas atravesó, hasta la actualidad, la relación argentino-estadounidense y cómo se explican los períodos de mayor conflicto y mayor acercamiento?
¿Carnales? ¿tumultuosas? ¿maduras?¿conflictivas? ¿intensas? ¿distantes? A lo largo de la historia, protagonistas y analistas caracterizaron de las más diversas formas al vínculo bilateral. Argentina y Estados Unidos comparten un pasado común: fueron colonias. La independencia lograda por las posesiones inglesas en Norteamérica en 1776 fue un faro para los revolucionarios del Río de la Plata. Sin embargo, ese origen compartido no se tradujo en una relación estrecha entre Washington y Buenos Aires. Ni en una esperable solidaridad durante las luchas anti-coloniales. La Casa Blanca demoró el reconocimiento de las independencias latinoamericanas y tempranamente, en 1823, planteó la doctrina Monroe, fuente de esperanzas, recelos y equívocos al sur del Río Bravo. La creencia en el Destino Manifiesto y un temprano expansionismo anexionista fueron convirtiendo a Estados Unidos en una potencia continental primero y mundial después. El apetito por ampliar su territorio a costa de guerras y conquistas y consolidar lo que consideraban su patio trasero produjo un divorcio con las clases dirigentes latinoamericanas, temerosas pero a la vez crecientemente dependientes del gigante del norte.
            Argentina, desde sus orígenes, miró más hacia Londres y París que hacia New York o Washington. La clase dominante criolla, europeísta, fue tejiendo lazos económicos, políticos, sociales y culturales con el Viejo Continente. Desde finales del siglo XIX, cuando Estados Unidos pretendió erigir una unión aduanera continental, los gobernantes del régimen oligárquico dificultaron todo lo posible la organización panamericana. No por un afán latinoamericanista (el escepticismo hacia las ideas de Bolívar y el proyecto de una patria grande estuvo siempre a la orden del día), sino porque eran temerosos de malquistar a los gobernantes de los países europeos, que proveían capitales, préstamos y mercados para las exportaciones agropecuarias. Hasta la segunda guerra mundial, hubo idas y vueltas en el vínculo bilateral, limitado por el carácter no complementario de ambas economías y por las trabas estadounidenses a las compras de lanas, carnes y granos argentinos. Desde 1941, la tenaz neutralidad de la Casa Rosada pasó a ser eje de conflicto, luego potenciado por el ascenso de Juan Domingo Perón. El planteo de la Tercera Posición y sus políticas nacionalistas y reformistas fueron un desafío para los planes hegemónicos del Departamento de Estado, aunque no al nivel de impedir la creación de la OEA o la aprobación del TIAR, dos objetivos estratégicos para Washington.
            En los años 50, la guerra fría se trasladó al continente americano. Primero con el golpe contra Jacobo Arbenz en Guatemala y luego, plenamente, tras el triunfo de la Revolución Cubana. El peligro rojo se había instalado en el patio trasero. La respuesta de la Casa Blanca fue una nueva combinación de palos y zanahorias, o sea agresiones militares y promesas de concesiones económicas. Las relaciones interamericanas volvieron a crujir. Era la hora de la Alianza para el Progreso, la Doctrina de Seguridad Nacional y los golpes de estado en todo el continente, impulsados por militares entrenados en la Escuela de las Américas. Arturo Frondizi, a su manera, intentó sacar provecho de la situación, alentando negociaciones con la Casa Blanca, pero su gobierno sucumbió ante los militares.
            La sucesión de dictaduras en Argentina no allanó la relación con Washington. Complejas alianzas internacionales –“apertura al Este” mediante-, diferencias económicas -potenciadas por la crisis de los años setenta-, choques vinculados a la violación los derechos humanos y, finalmente, la Guerra de Malvinas, dificultaron mucho más de lo predecible el vínculo bilateral. La vuelta de la democracia se dio junto a profundas crisis económicas. La elevadísima y fraudulenta deuda externa operó como un elemento disciplinador. En consecuencia, con Raúl Alfonsín, hubo un rápido abandono de tenues posiciones heterodoxas iniciales, en función de un “giro realista” en la relación con Washington. La confluencia con Ronald Reagan no tardó en llegar. Años después, la dependencia financiera se profundizó, derrota popular mediante, y las relaciones pasaron a ser “carnales”, como nunca antes. Tras el Consenso de Washington, se teorizaba, era necesario asumir el realismo periférico y no confrontar con la principal potencia mundial en un mundo pretendidamente unipolar.
            El estallido del 2001, en el marco de un movimiento popular que se vio replicado en buena parte de América Latina, obligó a repensar, también, el vínculo bilateral. El proyecto estadounidense del Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), que parecía inexorable, fue finalmente derrotado hacia 2005, en Mar del Plata. En el nuevo contexto político y social regional emergió, con límites y contradicciones, un inédito horizonte de integración latinoamericana, por fuera del mandato de Washington. La Casa Blanca, en consecuencia, debió soportar resistencias en la región, incluyendo las de la Casa Rosada, con la que tuvo un vínculo ambivalente desde el inicio del siglo XXI. ¿Existen posibilidades de una nueva relación Argentina-Estados Unidos? ¿Otra América es posible? ¿Se puede abandonar la concepción del realismo periférico? ¿Hay condiciones para que el horizonte de la integración apunte a América, en vez de Estados Unidos, Europa o Asia? ¿Es momento de (re)pensar la relación bilateral con parámetros distintos a los que se la abordó hasta ahora?
            El presente seminario es una invitación a abordar estos interrogantes, recorriendo la historia de las conflictivas relaciones entre Argentina y Estados Unidos y sintetizando investigaciones que venimos realizando desde hace más de una década –incluyendo nuestras tesis de Especialización, Maestría y Doctorado, y las líneas de trabajo posdoctorales-. Nos interesa comprender el carácter de la relación entre un país que, a pesar de su pasado colonial, desarrolló el capitalismo hasta constituirse en una potencia imperial y otro que se incorporó tardíamente a la economía mundial, como país dependiente. No pretendemos realizar una descripción de todos los avatares de la relación, sino destacar los ejes fundamentales de la misma, integrando las dimensiones política, económica, social y cultural, que en muchos estudios se abordan aisladamente. Trabajaremos también en las clases con documentación inédita de los archivos de ambas cancillerías –venimos hace años realizando una extensa tarea de investigación en distintos archivos argentinos y estadounidenses- y con entrevistas que realizamos a los principales actores de la política exterior argentina, en el marco de un proyecto en curso de Historia Oral de la Política Exterior Argentina (Rapoport, 2015).




2-RÉGIMEN DE ACREDITACIÓN

Se observará lo estipulado por el reglamento correspondiente al Doctorado de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.


3-CARGA HORARIA Y FRECUENCIA

Se contempla realizar 9 clases semanales cuatro horas cada una, totalizando el seminario 36 horas de clases presenciales.


4-DÍA Y HORA POSIBLES PARA SU DICTADO. PERÍODO

El curso será dictado los días lunes de 17 a 21 horas, a partir del 5 de septiembre de 2016. Cada encuentro se dividirá en dos partes. Una primera, teórica e histórica, que consistirá en la exposición del docente a cargo del seminario, y una segunda, en la que expondrán los estudiantes los textos previstos en cada clase y se trabajará analizando documentos inéditos de ambas cancillerías. Luego, al  final de cada encuentro, el docente hará un cierre/síntesis de cada unidad.


 5- EVALUACIÓN

Además de la exposición en las clases, los estudiantes prepararán a lo largo del seminario una propuesta de tema y bibliografía para la monografía final. A lo largo de la cursada, deberán entregar esa propuesta, que tendrá que ser aprobada por el docente a cargo, antes de la confección de la monografía final. Todos los inscriptos deberán presentar esa monografía sobre alguna/s de las temáticas abordadas, cuya extensión máxima será de 20 páginas. Se estimulará a  los cursantes a que elijan que un tema que tenga relación directa con su Tesis Doctoral, aunque esto no es obligatorio ni excluyente.


6- BIBLIOGRAFÍA

La bibliografía que se presenta a continuación será brindada a los estudiantes por el docente, y podrá ser enriquecida y complementada con otra más completa y actual, que se ofrecerá en cada clase.

- Acá podés leer el tema y bibliografía de cada unidad -

- Completá acá el formulario de inscripción
 

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